Tuve 2 fiestas de Navidad, la para empleados y la para clientes. Como somos poquitos nos llevaron a un restaurant caro en la playa. Todo muy fayon y mucho escavio. De ahi a un bar a seguir chupando, no sea cosa. Cuando iban para el proximo bar me fui, ya no daba mas.
Anoche fue para clientes en el restaurant a la vuelta de la oficina. Unas 50 personas, todos excesivamente amables y simpaticos.
Me quemaron la cabeza los discursos del duenio de la consultora. En vez de decir que somos perfectos, el tipo dijo que somos humanos y nos equivocamos, y que solo espera que nuestros aciertos compensen nuestros errores. Dijo que en los casi 10 anios de la empresa nunca perdieron un cliente. Impresionante.
Y despues se mamaron todos como corresponde a un lunes.
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