Llegué a Sydney el domingo 17 de abril del 2011. Me fueron a buscar al aeropuerto Carola y Juanchi, unos buenos amigos de la facultad. De esos amigos que uno no vé nunca, pero cuando los vé parece que no hubiera pasado ni un día. Fué muy bueno ver caras amigas al llegar, es feo llegar y tomarse el tren en una ciudad que uno no conoce, aunque esté todo bien señalizado y claro.
El viaje en avión estuvo bárbaro. Fueron solamente 14 horas, y la verdad que volar por Qantas es un placer. Pasa el azafato con helados y demás malcrianzas.
Al pasar sobre la Antartida tuve la suerte de que se abrieron las nubes y se vieron muchos icebergs enormes. Increíble verlo desde arriba. Saqué fotos por la ventanilla como turista japonés.
Ya había venido a Sydney en el 2007 con Titi, solamente por 3 días en una escapada desde Brisbane, donde estuve 3 meses trabajando. Titi vino 15 días de vacaciones y aprovechamos para venir a conocer. Es una ciudad muy grande, pero no con tantos edificios como Buenos Aires. Como la gente está sana de la cabeza, no vive en edificios de 83 pisos x 43 deptos por piso, sino en casas en las afueras. El temita de que no te peguen un tiro debe tener algo que ver, sumado a que se viaja muy cómodo en tren y colectivo.
La cosa es que estoy trabajando a unos 10 km al norte de Sydney, en un suburbio que se llama Chatswood. Es totalmente comercial, con edificios grandes y esas cosas. Hay 2 megashoppings que todavía no fuí a conocer. Impresionan desde afuera, pero cierran a las 7 de la tarde. Salgo a las 6 de laburar, así que entre que vengo al hotel y me cambio ya no hay tiempo para ir. A las 8 de la noche está como el microcentro a las 3 de la mañana de un día de semana. Sin los cartoneros ni las trabajadoras de la calle, eso si. Es totalmente seguro para andar dando vueltas por ahí. Cuando se me pase la fisura del vuelo voy a ir a dar vueltas.
Vine a trabajar en una consultora, que me mandó a su cliente Vodafone, un megaoperador de celulares. Parece interesante, y por suerte están en el horno con el proyecto, demorados y con vencimientos encima. Digo por suerte, porque eso me da muchas posibilidades. El equipo es de 12 personas de diferentes especialidades y nacionalidades. Hay muchos indios y orientales. Hay uno que el apellido es "Ng". No me animo a preguntarle cómo se pronuncia... También hay un par de ingleses y una rusa. Lo bueno es que a nadie parece importarle mucho el acento raro que yo pueda tener. Son amables y buena onda en general, pese a la presión por entregar el proyecto. Veremos cómo se pone la cosa cuando se acerquen las fechas críticas.
Mas allá de las cuestiones laborales, va a ser duro estar 2 meses sin Titi y los chicos. Es el precio que nos toca pagar por esta oportunidad. No es barato. La idea es que yo consiga una casa, la alquile y la arme antes de que ellos lleguen. No es fácil, el tema del alquiler es muy formal y toma tiempo. Hay que buscar online, seleccionar, visitar y aplicar. Si les gustás te alquilan, sino no. Y si el barrio es para tu perfil, también. No alquilan a familias en barrios de estudiantes, ni viceversa. Ta todo pensadito pensadito.
Bueno, suficiente por hoy. Me voy a poner a ver casas. Ah ! Estoy en un hotel a la vuelta del trabajo. Es caro, pero tiene sentido la primer semana hacer la fácil. Tengo que conseguir algo para zafar hasta que encuentre casa. Carola y Juan me ofrecieron su casa estos días que acá son feriados (viernes, lunes y martes). Son increíblemente amables conmigo. Viven bastante lejos de acá, así que voy a ver qué hago. Se ofrecieron a darme una mano con lo del alquiler. Me va a venir bárbaro su ayuda, sobretodo el ojo femenino de Carola.
Hasta la próxima. Ah! aclaro que no pienso ponerme melancólico. No voy a correr el riesgo de la depresión, así que por favor evitenme todo tipo de mail lacrimógeno. Ya bastante tengo.
Abrazos.
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